martes, 8 de abril de 2008

EL ORÁCULO VIVE EN MIAMI

(FOTO: OUKA LEELE)


—Oiga, señora, disculpe que la moleste, pero dígame una cosa: ¿esta cola para qué es?

—Ay, miss-ia, esta cola es para poder ver, oír y consultar al oráculo, pues.

—Ah, sí es verdad, el oráculo que ahora vive en Mayámi.

—Sí que sí, paisana, el mismo que se vino para acá, overseas, y que nos ilumina con su palabra, con su verbo incendiario y encendido.

—Ay, sí, coterránea, y el mismo que alebresta a quienes se quedaron todavía allaíta, pues, por allá, acullá, descarriados en la otra orilla.

—Sí, pero el oráculo, instalado aquí, dictamina lo que ellos deben hacer y deshacer, calarse y admitir, considerar y postear por allá.

—Y es que nadie es profeta en su tierra, mijita, y entonces hay que venirse pa'cá pa' terminar de iluminarse y mayamizarse.

—Ya lo dice el refrán: "quien no se mayamiza, no llora".

—Ajá, y el que quiera llorar que coja su camionetica o su metrobús y se vaya a llorar pal' Valle, Valle Abajo, Coche, Las Adjuntas...

nadie es profeta en su tierra

nadie es profeta

nadie

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